El desarrollo de las habilidades motrices básicas es un proceso emocionante en la vida de un bebé. Entre los 12 y 24 meses, los pequeños comienzan a perfeccionar tanto su motricidad fina como su motricidad gruesa, lo que les permite explorar el mundo que les rodea de nuevas maneras. Para mamá y papá, entender qué es la motricidad y cómo fomentar su desarrollo es clave para apoyar el crecimiento saludable de su bebé. En este blog, te explicamos qué es la motricidad fina y gruesa, y cómo puedes ayudar a tu bebé a desarrollarlas en esta etapa.
¿Qué es la motricidad?
La motricidad se refiere a la capacidad de un bebé para controlar sus movimientos corporales. A medida que el bebé crece, sus habilidades motrices básicas se dividen en dos grandes áreas: motricidad fina y motricidad gruesa. Ambas son cruciales para el desarrollo físico, cognitivo y emocional del bebé.
Diferencia entre motricidad fina y motricidad gruesa
¿Qué es la motricidad fina?
La motricidad fina involucra los movimientos pequeños y precisos que requieren el control de los músculos de las manos, los dedos y los ojos. A los 12 meses, los bebés comienzan a usar sus dedos para recoger objetos pequeños y explorar texturas, y hacia los 24 meses, empiezan a usar utensilios y a realizar tareas más complejas.
¿Qué es la motricidad gruesa?
La motricidad gruesa, por otro lado, se refiere al control de los músculos grandes del cuerpo, como los brazos, piernas y torso. Estas habilidades permiten que los bebés se sienten, se paren, caminen, corran y salten. El desarrollo de la motricidad gruesa es esencial para que el bebé pueda moverse con mayor libertad y seguridad.
¿Cómo desarrollar la motricidad fina y gruesa en un bebé de 12 a 24 meses?
Entre los 12 y 24 meses, los bebés experimentan un gran avance en sus habilidades motrices. Aquí te compartimos algunas actividades que mamá y papá pueden implementar para apoyar el desarrollo tanto de la motricidad fina como de la motricidad gruesa.
Actividades para desarrollar la motricidad fina
- Jugar con bloques: Apilar y organizar bloques ayuda a mejorar la coordinación mano-ojo y el control de los dedos.
- Rompecabezas sencillos: Los rompecabezas de piezas grandes son ideales para que el bebé practique la precisión en sus movimientos.
- Dibujar y colorear: Darle al bebé crayones o marcadores no tóxicos le permitirá explorar su creatividad mientras mejora el control de sus manos.
- Jugar con plastilina o masa: Manipular plastilina fortalece los músculos de las manos y fomenta la exploración de texturas.
Actividades para desarrollar la motricidad gruesa
- Caminar y correr: A partir de los 12 meses, el bebé comenzará a dar sus primeros pasos, y hacia los 24 meses, disfrutará de correr por el parque. Fomentar el movimiento libre es clave.
- Jugar a lanzar y atrapar pelotas: Esta actividad mejora la coordinación, el equilibrio y el control muscular.
- Juegos de equilibrio: Los juegos en columpios o caminatas sobre superficies suaves, como una alfombra, ayudan a mejorar el equilibrio y la estabilidad.
- Subir y bajar escaleras: Con la supervisión de mamá y papá, subir y bajar escaleras ayuda a fortalecer los músculos de las piernas y a mejorar la coordinación.
Importancia del desarrollo motriz en el bebé
El desarrollo de las habilidades motrices finas y gruesas en esta etapa es crucial para el crecimiento físico y cognitivo del bebé. Estas habilidades no solo le permiten moverse y explorar el entorno, sino que también son esenciales para la independencia del niño, facilitando actividades como comer solo, vestirse y jugar.
Al fortalecer estas habilidades, mamá y papá no solo están ayudando al bebé a moverse mejor, sino que también están contribuyendo a su capacidad de resolver problemas y a su desarrollo emocional. A través del juego y la práctica diaria, el bebé ganará confianza en sus capacidades físicas y cognitivas.
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